domingo, marzo 19, 2006

mi sitio

Sumergido en los brazos de Morfeo
Y con los sentidos en off
Disfrutaba de la excitación de un sueño cualquiera

Yo soy el héroe aquí
Y eso es innegable
¡No te atrevas a interrumpirme otra vez!

En el exterior
La caverna de mi cuerpo
Vertía baba
Sobre la esponjosa almohada
Y emitía
Sonidos similares
A una multitud enardecida
¿Tendrá esto que ver con algo?

Cuando todo estaba de lo mejor
Una interrupción típica
En la vida del sueño

Una musiquilla arrítmica
Que intentaba aparentar
Alarmas de alarma
de esas
alarmantes
que propician el pánico



Estoy de vuelta
En el mundo ficticio
Y lleno de apariencias
Que por esas
Contradicciones de la vida
Llamamos
“mundo real”

Y así
Miré la hora
A la cual debí despertar
Con más deseos de ser un héroe
Que limitarme a entender
Y me dije a mi mismo
Con tono de confianza:

“mismo; ¡cinco minutos más!”

Cuando volví
A realizar el acto de “despertar”
Después de haber ganado
Una de mis más duras batallas
Miré la hora
Y me di cuenta de lo que había hecho

Falté a una de mis obligaciones
Más importantes
Pero en la cual
No seria el héroe
Que fui por el hecho
De no asistir a esta

Así que
¡No vuelvas a interrumpirme otra vez!
O trasladaré mis hazañas
A tu aburrido mundo
Para convertirme en el
SUPER HOMBRE

Que siempre debí ser.

jueves, marzo 09, 2006

¡uffff!

¡uffff! Respirar. Largos y profundos lapsos de inhalar y exhalar. Intentar no percibir los olores que dominan el ambiente encerrado y transpirado del lugar. No, fue imposible. Debo pararme al baño, debo deshacerme de esto. Cuesta caminar, se tuercen las rodillas hacia lugares equivocados. Los cabezazos con la pared son involuntarios. Siento como si me hubieran esquinzado todos los huesos quirúrgicamente, de manera que dolor no sintiera, pero que tuviera que vivir con la imposibilidad de moverme con libertad. Llego a depositar lo que no es mío. Mi frente se adelanta al resto de mi cuerpo y da con violencia un empujón a la tapa de cerámica que cubre la sofisticada maquinaria del ‘water’. Logro distinguir que el plástico que divide a esa pequeña posa sin vergüenza del mundo que no admite toda su propia mierda, se encuentra cerrada. Levanto esta tapita como si se tratara del cajón que encerró toda mi vida y por primera vez se está prestando a revelarme que todo se redujo a… ¡¿porqué no tiran la cadena?! Me imagino que a los amigos no les parece suficiente que el planeta este cantando reggeaton alrededor tuyo mientras tratas de levantarte y un montón de tetas de silicona van golpeando tus articulaciones, sino que además quieren que presencies lo que a ellos les tocó recordar. Ahora no tienes sólo nauseas, por primera vez en la noche algo te dio asco y no tuviste la cara como para recriminárselo con un insulto, una discusión fundamentada o un buen derechazo en las partes más delicadas de su rostro. Así, procedo a deshacerme de mí mismo, casi dos litros de bilis con alcohol barato y algunos restos de un pan que pude rescatar del supermercado. Algo de razón vuelve a mi cabeza, una buena dosis de agua fría en la cara lograrán algún cambio. Puedo volver a dormir. Puedo soñar con restos de vida un poco menos indecentes, un poco menos mal tratados. Puedo tener pesadillas conmigo mismo haciendo todo aquello que hice. Puedo despertar y no arrepentirme de nada. Recordar que compartí grandes momentos, recordar que entregué y me entregaron mucho. Puedo recordar que hubo amor en todo eso. Lloramos, reímos, nos cansamos, nos repusimos. Puedo recordarlo, incluso con dolor de cabeza. Puedo recordarlo incluso mientras recuerdo que la gastritis vuelve cada vez que logro olvidarla a través de enfermedades voluntarias. No hay arrepentimiento, es más, algunas veces hay ganas enormes de repetirlo de inmediato. Incluso a veces no quisimos parar, estuvimos dispuestos a pagar precios mayores para vivir eso de morir esperando no despertar de nuevo. Morir trágicamente. Like a rolling stone. Ser mártires de los que no quieren lograr nada. Morir a diario, pretendiendo no renacer. Pero la vida es más ruda que nosotros. Nos tiene preparado un día más y responderemos a eso con una nueva dosis de fermentos y destilados que no reposaron jamás, no pueden con nosotros cerca. Habrá cocaína manchando espejitos de minas pretenciosas o de adictos sin remedio. Habrá marihuana peligrando en la mezcla con el neopren, la pasta base y la mierda de caballo. Habrá hielo, semen, fa sostenidos, sangre y bilis. Pero habrá cada vez más y menos vida. Esa es tu oportunidad de escapar. Cuando te acobardas frente a la precariedad de ser parte de un mundo al que nadie pertenece. ¿Escaparás? A veces es bueno considerarlo. Todo depende de en cual grado del tambaleo suicida te encuentras, todo depende de cuanto tienes para arriesgar. Todo depende de cuanto quieres tener algún día para poder darte el lujo de arriesgarlo o no. Se les llama esperanza, se les llama desencanto. Se les lama religión, familia, vida. No todos tienen el privilegio de decidir día a día con cuanto morir, con cuanto revivir y por cuanto tiempo hacerlo. Es un privilegio, el día en que sea un derecho sólo explotaremos aquello que nos entrega el placer inmediato de fallecer rápidamente sin asesinar más que lo que parece ser tuyo.

miércoles, marzo 01, 2006

EL QUE MAS TE GUSTE

Si le preguntas la hora a alguien en la calle y este desgraciado te dice que no tiene, lo más probable es que sí tenga, pero teme que le robes el reloj.

Si te pregunta la hora alguien en la calle. ¡desgraciado!, debes decirle que no tienes, lo más probable es que sí tengas, pero te quiere robar el reloj.

Si quieres saber la hora en la calle, no te preocupes, todos tienen reloj. ¡robate uno!


… el que más te guste.
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