viernes, diciembre 14, 2007

no florcita

No florcita,
no quiero ser joven eternamente.
De hecho,
creo haber renunciado a la juventud hace años;

y es que ser joven
no es sinónimo de vitalidad,
idealismo,
fuerza,
pasión.

Hay juventudes que se presentan como desesperanzadoras,
y la vejez nos puede proporcionar
una mirada comprometida con la vida
(por su cercanía a la muerte).

Parece muy fácil, en la juventud,
ponerse frente a frente a la idea de acabar con la vida,

pero cuando la vejez te ha enseñado
que hay más cosas que tu existencialismo en juego,
no parece tan simple

Cuando eres viejo
es fácil añorar la juventud;
Cuando eres joven por mucho tiempo
la vejez parece una finalidad absurda.

La muerte deja de ser el final de la vida
y se convierte en una meta.

No florcita,

no quiero ser joven eternamente,
no quiero ser eternamente.

Exijo mi derecho a jubilar.

Exijo calma y excitación cuando quiera.

No florcita,
no eres joven,

aunque creas en "ser joven de espíritu".

Quiero ser, pero aún ser soñador,
loco,
vital,
apasionado,

¡pero no joven!

Las condiciones etarias apestan,

huelen a condicion temporal.


En resumen:

No florcita,
no creo en tu consenso temporal.


<