martes, enero 31, 2006

PROPUESTA INDIGENTE

- Ja ja ja ja ja, ¿ de verdad creías que dios existe? Tú sí que no has leido la biblia.

Me dí cuenta que todo estaba oscuro y el arrepentimiento seguía golpeando como el acero del bototo que llevo en la nuca hace tantos días ya.

- No puedo creer que sigas aquí, deberías haber bajado cuando tuviste la oportunidad…

¿Por qué intenta comunicarse si no somos parte del mismo juego? ¿si no le entiendo? Es decir, yo viví en esta casa de mierda y ella en los testículos de mi masturbado cerebro. Bueno, por lo menos tenemos algo en común, los dos vivimos como las weas. ¡¿Y quién me mando a hacerle caso?! Cuando la ética decía que me rindiera, que dejara que todo quedara como un malentendido, pero yo el weón haciéndole caso a esta otra perra que me hablaba de los principios y el honor, y aquí terminé. ¿Dónde más?

- No, si esto siempre me pasa. Yo promuevo lo correcto según el ser humano, y se me culpa de todos los males, y esta otra, que ni siquiera existe, se lleva todo el crédito de lo que yo he logrado en nuestra vida, ¡linda la cuestión!

Pero yo me pregunto: ¿a qué hora nos empezamos a podrir? ¡El día del pico, yo cacho! Si nadie me sonrió jamás, esto era lo único que me podía pasar, además ¿de qué chucha sirvo allá?

- de lo mismo que acá, ¡de nada!

De lo mismo que acá, de nada. Estoy consciente de eso.

- ¿ven? ¿No les digo yo? Si este conchesumadre jamás me respetó, y yo como maraca acompañándolo pa’ todos lados, ¡es el colmo!

¿Dónde está la luz en el fondo del túnel y la cache’laespa? Para variar me cagaron. Yo estoy seguro que debería haber reaccionado mejor.

- dele con que los pollos mean, si te iban a matar igual.

Pero yo jamás le hice daño a nadie, no molestaba a nadie. Siempre fui yo, mi copetito, mi comida ymis libros, los que me costaron el sudor de la mano. Todavía no entiendo qué hice yo para merecer esto.

- “qué hice yo para merecer esto”… ¡nacer po’ weón, nacer!

¿Qué hice? Yo ni conocía a los pela’os, nunca los había visto. Pero parece que esos son los que tenian fama de matones, esos de los que hablaban los cabritos de la plaza. Deben ser ellos. Porque los cabritos decían que habian matado unas locas, pero yo no les hice nada. O sea, después de que empezaron a romper lo que quedaba de vidrios, lo único que avispé a hacer fue saltarle encima al cabro culiao, y le chanté un cornete maomeno’ en la nuca, pero el pela’o ni se inmutó, y se empezó a reir, ahí me dio más rabía que la chucha y le tiré un escupo en la cara y se lo limpió con un escrúpulo increíble. Me agarró y me tiró contra la pared con una fuerza impresionante.

- Está bien que te hayas defendido, o sino ¿cómo?

Me chantó una patá en la cabeza y hasta ahí no más me acuerdo. Así de facil. Un sólo puntapié y despiertas dormido para siempre.

- Pero no niegues que lo peor de todo es haberte encontrado con la sorpresa de que no existía el cielo.

Esta weona cree que me conoce pero me ha visto cura’o no más. ¡puta! Puta la vida, puta la muerte… ¡puta que es rico el vino! Je je je.

- Este otro más lo que me insulta y sabe que no puede vivir sin mí. Pero yo lo entiendo. Además, me gusta cuando me grita, porque cada vez que lo hace bota una lagrima como dedicándomela. Eso me hace sentir especial, porque cuando está sobrio ( que son las menos veces) se dedica todo el día a machetear para un pancito y un vinito, sólo para volver a estar conmigo, pero él no sabe que cuando está sobrio yo lo sigo mirando.

¡Ay! Las weás que me pasan a mí, mira que tener la mala cue’a de encontrarme con unos ignorantes de ese calibre.

- ¡Chuta! Si vamos a estar aquí toda la muerte por lo menos deberíamos poder comunicarnos.

No entiendo, de verdad que no entiendo.

- ¡oye! ¡oyeeee!

¿Qué hice yo? ¡¿Qué hice yo?! La verdad es que mi destino no era este…

- ¡Entiende mierda! ¡ni dios, ni la vida, ni la muerte!

¡La muerte sí!

3 ¿y qué dijo el otro?:

Blogger Javi! said...

llegué y te fuiste...

habré sido la primera en leerlo?

bueno ahi nos leemos,

besos

1:08 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

¿Que?, ¿Que me perdi?...¿Que no estamos muertos?... miraahh!, bueno, salud! salud, por no estar vivos!

3:48 p. m.  
Blogger VHL said...

los indigentes piensan harto, tanto como los antiguos campesinos que estaban horas y horas pasando el arado y caminando kilometros para ir y volver al campo.

4:32 p. m.  

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