lunes, julio 18, 2005

self defense

No te hice caso ayer y hoy mi cuerpo cuelga de tres cinturones que raspan lo que parece más la cintura de una niñita pretenciosa que mi cuello, donde la corbata del colegio, a pesar de su insignia, no tomaba gran importancia.

Hoy parece todo más claro, está todo más bajo de lo que estuvo todos aquellos días terribles de un pueblo fantasma en llamas. Nadie me dijo que no lograría bajar de acá y ahora pienso que pudiste haber tenido razón.

De todas formas el mundo me fue indiferente, no así la muerte que me acoge como a un hermano más que a un ciervo, no dudes en venir a visitarnos un día, te esperaremos con una bienvenida como la que tenían preparada para mí.

Así es, pareciera que me hubiesen estado esperando. Pero no es raro, dirías tú, ya que siempre tuve la excelente tendencia a estar muy cerca de los pozos más oscuros de la imaginación, y eso es lo mejor para llegar acá sin desviar el camino.

Ahora me despido sin pretender dejar algo en misterio, lo importante es que sepas que no lo hice para contrariarte, es sólo que tenía certeza de que aquí encontraría la verdadera esencia de mi alma y no podía desaprovechar la oportunidad.

Sin otro particular
Sigo subiendo al vacío
Espero no volver nunca
Se despide… la vida.

0 ¿y qué dijo el otro?:

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